martes, 11 de diciembre de 2012

Socorro...

Todos los días duermo pensando en lo que podría ser, en lo que debería haber sido, en lo que no fue... La almohada guarda lágrimas de incomprensión, gritos de socorro, susurros pidiendo auxilio, palabras de consuelo propio, deseos de ser sacada de allí, de desaparecer de una vez por todas... Y las sábanas me abrazan, las únicas en estas frías noches... Pensamientos cruzados, sentimientos contradictorios. Mi mente busca desesperada una salida. Mi corazón cierra más el laberinto del que mis piernas cansadas tratan de escapar, se reduce a una coraza impenetrable, solo quiere hacerse fuerte, cerrarse de todo el daño que el resto del mundo quiere hacerle, inocente corazón... Una vez más. Caigo rendida. Dormida. Sueños. Sueños que se adueñan de mi, que acaban con mi relidad. Vuelta a empezar. No quiero despertar. Y solo puedo pensar una cosa... Socorro...

domingo, 10 de junio de 2012

Perdida...


Quizás estuve perdida. Quizás es cierto que hubo un tiempo en que no supe encontrarme. Me encontraba en un sinfín de caminos pero ninguno llevaba a ninguna parte. Sentimientos, los llamaban mis amigos. Desconocía el paradero de aquellos senderos que me llevarían a algún lugar…  Sí, quizás un tiempo anduve deambulando por aquel laberinto sin rumbo, sin saber dónde ir, ni si quiera dónde estaba… sí, estuve perdida. Pero quizás ya no lo esté. He elegido un camino. En mi opinión es el bueno, el mejor. Está adornado con flores y el cielo azul puede verse a través de las hojas de los arboles. Es el que me hace feliz.  Sigo sin saber a dónde me lleva. Ni por dónde me hará pasar. Pero estoy decidida, lo seguiré. No quiero volver a estar perdida. No quiero volver a sentirme sola. Coge mi mano y acompáñame. Recorreremos este camino y mientras tú estés a mi lado no me importará el resto. Si, quizás una vez estuve perdida. Pero ya no lo estaré más.

domingo, 20 de mayo de 2012

¿Carpe diem? Vuela libre como un fénix



Y es en ese momento cuando me quedo sin fuerzas, cuando siento que levantar un brazo es el mayor esfuerzo que he hecho en mi vida, y lo que mi cuerpo me pide es dejarme caer, intentar que me trague la tierra, que me haga desaparecer de este mundo... y me da igual el dolor, me da igual si al caer me doy un golpe en la cabeza, o me parto el cuello, porque así me aseguraría de desaparecer... de irme de este mundo para siempre y quién sabe, quizás empezar de cero en otro paraíso sea lo que necesito para levantarme de nuevo y volver a ser fuerte… Pero no, no puedo dejarme caer... no tengo fuerzas ni para eso... simplemente quiero dejarme llevar... y es lo que hago, y mis ojos lloran de pura desesperación... porque ya no sé qué hacer... no sé qué hacer para levantarme, para volver a sentir en mi sangre esa frase de "carpe diem" que tanto me gustaba y tanto defendí... "Vive el momento", ¿cómo voy a disfrutarlo si no quiero vivirlo? ¿Si me gustaría que ese momento no existiera? Y sigo sin saber qué hacer... ¿he cambiado? Puede... Ya no soy la que pensaba que caer era permitido pero que era obligatorio levantarse… porque me he caído tantas veces que mi alma ya está cansada de levantarme, tengo tantas heridas en las rodillas de caerme que ya no me sostienen apenas, y mi cuerpo se cansa de mí, de que le deje caer tantas veces, de tener que luchar por volver a estar arriba porque no soy capaz d mantenerme allí en lo alto yo sola... necesito ayuda para lograrlo... Y ¿cómo hacer? Ahora que todo acaba, ahora que ni mi cuerpo ni mi alma tienen fuerzas para nada, que he agotado su energía, que todo se acaba... ¿Cómo hacer para resurgir d mis cenizas? Resurgir de las cenizas que yo misma he provocado... Y volar... volar libre como un fénix, volar hasta lo alto y quedarme allí arriba, en el cielo, planeando. Y volver a ser dueña de mi vida, sin caerme, sin tener que levantarme porque volaré, y si me caigo... remontaré el vuelo antes d tocar el suelo.

lunes, 2 de abril de 2012

Qué estoy haciendo...?

Llueve. Me columpo sola sobre uno d esos de madera que crujen en cada balanceo y parece que te van a lanzar muy lejos y muy alto si te columpias con energía. Cesa de llover y sale el sol. El arcoiris enmarca a una adolscente solitaria haciéndose pasar por niña, yo, en un parque infantil. Un rayo de sol destaca sobre el resto e ilumina el charco formado bajo mis pies, en el hueco del columpio, donde el terreno está más gastado por el uso y las frenadas. El agua ha quedado lisa e inalterable y refleja la realidad como si quisiese imitarla. Al mirar hacia abajo veo mi reflejo, parte de esa realidad. Me pregunto qué hago. Ya no soy una niña.

lunes, 13 de febrero de 2012

Mil lunas llenas por delante

Y te veo allí, recortado contra el fondo: el cielo. Oscureciendo tímidamente por el anochecer, aún recordando los matices del día, una mezcla entre gris y azul claro. Y tu figura recortada como una silueta negra. Me acerco tímida como siempre. Recuerdo las palabras "a medianoche en el acantilado", yo llego tarde, tu estás esperando. Al oírme llegar giras la cabeza para comprobar que soy yo, aunque reconocerías el sonido de mis pasos desde cualquier distancia. Te alcanzo, al borde del acantilado, y te abrazo por detrás, "hermosa espalda" pienso, reconfortante, y ya me siento mejor. Por fin, se da la vuelta y m devuelve el abrazo. Nuestros labios se rozan tímidamente, los míos culpables, los suyos, con miedo. Y es que yo también tengo miedo, miedo a perderle, a no tenerle... Abrazados, buscamos el horizonte en la lejanía
, pero no llegamos a verlo, la noche no nos deja. Vuelvo a buscar sus labios y me encuentro con sus ojos, "siento llegar tarde", le digo. "no t preocupes", dice, y mis dudas desaparecen cuando alza la vista hacia ese disco plateado sobre nosotros y susurra "aún nos quedan mil lunas llenas por delante".

domingo, 5 de febrero de 2012

Dame fuerzas

Una nueva semana comienza. Otra prueba, dirían algunos, aquellos que pidan fuerzas a Dios para superarla. Para mí, sin embargo, serán otros 5 largos días. Unos días en que tendré que centrarme en estudiar, o en actividades sin sentido para intentar llenar este vacío que inunda mi ser. Para intentar que, cuando me dé cuenta, el tiempo ya haya pasado y ya vuelva a la vida. Porque solo vuelvo a la vida entonces, cuando todo acaba, cuando por fin tú vuelves. Para que el tiempo pase rápido como cuando dormimos, cuando soñamos, que nos parece que nos acabamos de dormir y ya estamos despertando unas cuantas horas después. Aunque en el sueño hayamos pasado 50 años creando una vida y cuando suene el despertador nos devuelva a nuestro verdadero cuerpo, más joven. Aun así, esos 50 años nos parecerán 50 segundos en cuanto estemos despiertos. No somos conscientes de esas horas, y así es como yo quiero que pasen estos días. Sin ser consciente de nada. Para ello, tomo mi dosis de palabras y fotos diarias, para sobrevivir. Cuando no sé qué hacer abro la carpeta y las miro, nunca me cansare de verlas. Y es que yo no creo en ningún Dios, pero le pido fuerzas al único que me las ha dado, y me ha demostrado que me las dará, sabiéndolo o no. El más especial, el más perfecto. Yo te pido fuerzas a ti.

sábado, 14 de enero de 2012

Sentimientos...

Y me apetece no volver a hablarle a nadie, encerrarme en mi habitación y colgar por fuera uno de eso infantiles carteles de “don’t enter” o algo similar en plan rebelde. No pensar en nada y pensar en todo a la vez. Coger un libro, fusionarme con sus personajes, ser el libro, pasar las páginas y cuando me doy cuenta esas páginas y esos personajes me echan porque la historia llega a su fin. Poner una canción en aleatorio y que salga mi favorita, esa que tanto escuché y que tanto hacía que no escuchaba, esa que me recuerda tantos momentos, tantas emociones, tantos sentimientos… Off… dije que nada de pensar demasiado, paso a la siguiente canción, una relajante, que me hace pensar en la fluidez de los ríos, en sus transparencia… así teníamos que ser todos, transparentes y sinceros como el agua cristalina…moldeables a las circunstancias del momento, como el río cuando encuentra una piedra… la canción se acaba, y ¿qué hago ahora? No lo sé, el tiempo sigue pasando a mi alrededor y eso que narro en tantas líneas solo fueron dos momentos de la tarde, pero aún quedan muchos más momentos por llenar, con sonrisas, con lágrimas, con pensamientos, con sentimientos… si sentimientos, esos que dije que no quería sentir… 

martes, 10 de enero de 2012

Él

Y pienso en él, pienso en él como si no hubiese mañana, como si no fuese a volver a verle, como si su imagen viniese a mi mente porque si. Está en mi cabeza porque es lo único que la ocupa, en mi corazón porque él es la maquinaria que le da la vida, que lo hace latir. Él es mi pensamiento porque no dejo de pensar en él. Y entonces caigo, la tentación me convence y voy, abro esa carpeta llena de fotos suyas y comienzo a mirarlas, casi una por una, aunque algunas las paso sabiendo lo que puedo encontrarme. Cada vez que le veo este sentimiento aumenta, como si no le conociese, como si no le hubiese tenido nunca entre mis brazos… sale tan guapo cuando sonríe, aunque siempre será mejor verle sonreír en persona… cuánto me gustaría que entre esas fotos también sonriese en una junto a mí como muestra de que también fue feliz conmigo alguna vez, en algún momento, algún día... Irremediablemente una lágrima cae de mis ojos marrones… “Como si no fuese a volver a verle”, dije, pero le veré, tal vez hoy no, tal vez mañana tampoco, pero no es el fin del mundo, volveré a verle, y cuando le vea le demostrare todo esto, todo esto que siento que es mucho y muy fuerte. Muy grande. Tanto que a veces no cabe en mí y sale una explosión en forma de frases originales, en forma de detalles o en forma de besos si está cerca… de alguna forma, porque le quiero tanto.... Él es mi vida. Él es lo único sin lo que no podría vivir. Por eso no quiero separarme nunca de él, y si la distancia nos tiene que separar, mi pensamiento seguirá estando en él, porque le pertenece, igual que él un día dijo que me pertenecía a mí. Le pertenezco consciente y absolutamente. Ojalá él nunca se separe se mí, le amo tanto…