sábado, 9 de febrero de 2013

No llores porque el sol se ha ido...


El sol la miró entre un jirón de nubes blancas casi transparentes pero que impedían su brillo y su libertad de expresarse. Ella le devolvió la mirada, apenada. El cada vez estaba más triste, se alejaba, se hundía en el horizonte movido por una fuerza superior y no podía impedirlo. La volvió a mirar y las nubes, amables se retiraron para dejarlos despedirse.
-         ¿Ya te vas? – dijo ella entre lágrimas.
-         Si, ya sabes que tengo que irme… - contestó brillando anaranjado – pero no llores, o las lágrimas no te dejaran ver más.
-         ¿Más? ¿Qué más?- dijo ella preguntándose qué más podía haber aparte de aquella luz que iluminaba su vida.
Pero el sol ya había desaparecido y de su presencia solo quedaba un rastro de luz en el horizonte. Ella bajó la vista, pero algo le llamó la atención, una luz azulada la iluminaba ahora. Alzo los ojos y descubrió que más podía haber. Una gran esfera, puede que más pequeña pero no por ello menos bella que el sol, la luna, que le devolvió la mirada tierna, como una madre que cuida de su hija pequeña.
-         No llores porque el sol se ha ido pues las lágrimas no te dejarán ver las estrellas. – le dijo amablemente.
Entonces ella se limpió las lágrimas y descubrió todo un conjunto de puntos, que aunque parecieran pequeños, ella sabía perfectamente que eran tan grandes como el sol que se había ido o más, y además eran muchísimas más. Entendió lo que querían decirle el sol y la luna y desde entonces no dejó de visitarlos ni a ellos ni a las estrellas. 

martes, 11 de diciembre de 2012

Socorro...

Todos los días duermo pensando en lo que podría ser, en lo que debería haber sido, en lo que no fue... La almohada guarda lágrimas de incomprensión, gritos de socorro, susurros pidiendo auxilio, palabras de consuelo propio, deseos de ser sacada de allí, de desaparecer de una vez por todas... Y las sábanas me abrazan, las únicas en estas frías noches... Pensamientos cruzados, sentimientos contradictorios. Mi mente busca desesperada una salida. Mi corazón cierra más el laberinto del que mis piernas cansadas tratan de escapar, se reduce a una coraza impenetrable, solo quiere hacerse fuerte, cerrarse de todo el daño que el resto del mundo quiere hacerle, inocente corazón... Una vez más. Caigo rendida. Dormida. Sueños. Sueños que se adueñan de mi, que acaban con mi relidad. Vuelta a empezar. No quiero despertar. Y solo puedo pensar una cosa... Socorro...

domingo, 10 de junio de 2012

Perdida...


Quizás estuve perdida. Quizás es cierto que hubo un tiempo en que no supe encontrarme. Me encontraba en un sinfín de caminos pero ninguno llevaba a ninguna parte. Sentimientos, los llamaban mis amigos. Desconocía el paradero de aquellos senderos que me llevarían a algún lugar…  Sí, quizás un tiempo anduve deambulando por aquel laberinto sin rumbo, sin saber dónde ir, ni si quiera dónde estaba… sí, estuve perdida. Pero quizás ya no lo esté. He elegido un camino. En mi opinión es el bueno, el mejor. Está adornado con flores y el cielo azul puede verse a través de las hojas de los arboles. Es el que me hace feliz.  Sigo sin saber a dónde me lleva. Ni por dónde me hará pasar. Pero estoy decidida, lo seguiré. No quiero volver a estar perdida. No quiero volver a sentirme sola. Coge mi mano y acompáñame. Recorreremos este camino y mientras tú estés a mi lado no me importará el resto. Si, quizás una vez estuve perdida. Pero ya no lo estaré más.

domingo, 20 de mayo de 2012

¿Carpe diem? Vuela libre como un fénix



Y es en ese momento cuando me quedo sin fuerzas, cuando siento que levantar un brazo es el mayor esfuerzo que he hecho en mi vida, y lo que mi cuerpo me pide es dejarme caer, intentar que me trague la tierra, que me haga desaparecer de este mundo... y me da igual el dolor, me da igual si al caer me doy un golpe en la cabeza, o me parto el cuello, porque así me aseguraría de desaparecer... de irme de este mundo para siempre y quién sabe, quizás empezar de cero en otro paraíso sea lo que necesito para levantarme de nuevo y volver a ser fuerte… Pero no, no puedo dejarme caer... no tengo fuerzas ni para eso... simplemente quiero dejarme llevar... y es lo que hago, y mis ojos lloran de pura desesperación... porque ya no sé qué hacer... no sé qué hacer para levantarme, para volver a sentir en mi sangre esa frase de "carpe diem" que tanto me gustaba y tanto defendí... "Vive el momento", ¿cómo voy a disfrutarlo si no quiero vivirlo? ¿Si me gustaría que ese momento no existiera? Y sigo sin saber qué hacer... ¿he cambiado? Puede... Ya no soy la que pensaba que caer era permitido pero que era obligatorio levantarse… porque me he caído tantas veces que mi alma ya está cansada de levantarme, tengo tantas heridas en las rodillas de caerme que ya no me sostienen apenas, y mi cuerpo se cansa de mí, de que le deje caer tantas veces, de tener que luchar por volver a estar arriba porque no soy capaz d mantenerme allí en lo alto yo sola... necesito ayuda para lograrlo... Y ¿cómo hacer? Ahora que todo acaba, ahora que ni mi cuerpo ni mi alma tienen fuerzas para nada, que he agotado su energía, que todo se acaba... ¿Cómo hacer para resurgir d mis cenizas? Resurgir de las cenizas que yo misma he provocado... Y volar... volar libre como un fénix, volar hasta lo alto y quedarme allí arriba, en el cielo, planeando. Y volver a ser dueña de mi vida, sin caerme, sin tener que levantarme porque volaré, y si me caigo... remontaré el vuelo antes d tocar el suelo.

lunes, 2 de abril de 2012

Qué estoy haciendo...?

Llueve. Me columpo sola sobre uno d esos de madera que crujen en cada balanceo y parece que te van a lanzar muy lejos y muy alto si te columpias con energía. Cesa de llover y sale el sol. El arcoiris enmarca a una adolscente solitaria haciéndose pasar por niña, yo, en un parque infantil. Un rayo de sol destaca sobre el resto e ilumina el charco formado bajo mis pies, en el hueco del columpio, donde el terreno está más gastado por el uso y las frenadas. El agua ha quedado lisa e inalterable y refleja la realidad como si quisiese imitarla. Al mirar hacia abajo veo mi reflejo, parte de esa realidad. Me pregunto qué hago. Ya no soy una niña.