lunes, 13 de febrero de 2012

Mil lunas llenas por delante

Y te veo allí, recortado contra el fondo: el cielo. Oscureciendo tímidamente por el anochecer, aún recordando los matices del día, una mezcla entre gris y azul claro. Y tu figura recortada como una silueta negra. Me acerco tímida como siempre. Recuerdo las palabras "a medianoche en el acantilado", yo llego tarde, tu estás esperando. Al oírme llegar giras la cabeza para comprobar que soy yo, aunque reconocerías el sonido de mis pasos desde cualquier distancia. Te alcanzo, al borde del acantilado, y te abrazo por detrás, "hermosa espalda" pienso, reconfortante, y ya me siento mejor. Por fin, se da la vuelta y m devuelve el abrazo. Nuestros labios se rozan tímidamente, los míos culpables, los suyos, con miedo. Y es que yo también tengo miedo, miedo a perderle, a no tenerle... Abrazados, buscamos el horizonte en la lejanía
, pero no llegamos a verlo, la noche no nos deja. Vuelvo a buscar sus labios y me encuentro con sus ojos, "siento llegar tarde", le digo. "no t preocupes", dice, y mis dudas desaparecen cuando alza la vista hacia ese disco plateado sobre nosotros y susurra "aún nos quedan mil lunas llenas por delante".

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